Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos
Hemos derramado
demasiada sangre por individuos que no merecen nuestro respeto, vagando por calles
solitarias en busca de un recuerdo entre baldosas de naftalina y pintura de
hidrógeno líquido. El suelo se ha convertido en una alfombra de lágrimas, y el
sol nos ha dado la espalda, arrebatándonos el calor que antes nos
proporcionaba. La atmósfera ha arrasado con su guadaña el escudo de la
justicia, y entidades ocultas nos vigilan en una oscura esquina antes de que
comience nuestro sacrificio. Tu mirada ya no me alimenta y caigo por un
precipicio, arrastrado por los vientos del norte, gélidos y ateridos. El vacío de tu alma me arropa sobre una lápida de sal y los sueños se han extinguido...