Entrada destacada

jueves, 27 de septiembre de 2018

La máscara de la iniquidad

ERASE UNA VEZ una montaña. Una alta, jodida, maldita e inútil montaña, en cuya cima se derretían los copos albinos por la cercanía del sol.
Y hasta ahí mismo me pidieron que subiera, como si fuera una cabra.
Es emocionante -dijeron.
Te vas a divertir -me aseguraron.
¡Estúpidos! ¿Qué se me ha perdido a mí a diez mil kilómetros de distancia y a cinco mil metros de altura, cuando sufro vértigos y mareos cada vez que me asomo por una ventana?
Y todo porque la chica que me gusta, y que no me ha hecho ni puto caso en todo este año, y eso que he sido amable y condescendiente con ella, les acompaña.
Lo siento flipaos, a ver si luego me venís a contar lo emocionante y divertido que ha sido partiros la crisma.


miércoles, 26 de septiembre de 2018

La máscara de la iniquidad

NO SOPORTO a mi vecino del tercero cuando llora como una nenaza, y se queja de sus miserias y ridículas desgracias...
No me arranca el coche, mi novia me ha dejado, mis amigos no me llaman, mi jefe no me habla con respeto, todo me sale mal, soy un fracasado, me quiero morir...

Pero hoy se ha excedido; el muy imbécil ha estado toda la tarde gritándole a su madre, una sumisa mujer que le cuida con tesón, le hace la comida y le lava la ropa; hasta que de un certero puñetazo le he partido la nariz, y tres dientes han salido proyectados contra la pared de su cuarto; con eso, se ha callado.
¡A ver si te vas a tomar por culo y me dejas dormir! 

martes, 25 de septiembre de 2018

La máscara de la iniquidad

SANGRE... Vísceras malolientes, putrefacción en curso. El despertar de la noche en el interior de una botella de whisky.
Un chute de adrenalina cósmica, que ha alcanzado mi última neurona.
¡Y pensar que aún seguía vivo!
Ya me has negado tres veces. ¡Así que despierta y muérete de una vez!