Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

- Estamos hechos el uno para el otro.

- ¿Estás seguro?

- Tan seguro como que hay sol y nos quema, tan seguro como la noche cuando nos cobija en sueños, tan seguro como la lluvia que cala los huesos, tan seguro como que el día acaba y da paso a otro nuevo, tan seguro como que si dejo de respirar, muero. Tan seguro que si estoy vivo es sólo porque tu amor me nutre y me da vida. Sí, lo estamos, y puedo afirmar que jamás he estado tan seguro de algo...

Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

El sentimiento más profundo que siento por ti, se ha engastado en mi corazón. Pero el miedo por perderte se ha hundido en mi médula espinal y no puedo evitar llorar lágrimas de sangre en medio de una sonata vespertina que me produce llagas de hielo.
Y cuando te miro a los ojos, siento un terrible escalofrío que discurre lentamente por mi cuerpo y me aparta del oxígeno que respiro.
Si te vas, tu recuerdo nunca se evaporará...
Pero si te vas, me muero...

Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

El poder del ángel caído arremete con violencia sobre mi existencia terrenal, haciéndome creer que ya he sido derrotado. Pero serafines, querubines, tronos, potestades, arcángeles, ángeles y un ejército de seres fantasmagóricos vienen a mi cama cada noche, desvelan mi sueño y aprovechan mi debilidad de consciencia para formar una esfera celestial con la que cubren mi cuerpo de las amenazas del espíritu del olvido.
La mentira será vencida con la fuerza de la justicia; y los valores del ser humano saldrán reforzados sobre la cabeza de la insidiosa serpiente, que jamás me podrá arrebatar mi amor por ti.

Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

Hay un universo de rayos azulados y verdes esmeralda, que me ha liberado de tus cadenas de opresión para renacer robustecido ante la kafkiana sociedad que atesora unos pocos atisbos de belleza, como si fueran los tesoros perdidos de un barco pirata en un mar de aguas profundas y cálidas.
Soñaremos hasta el fin de los tiempos como niños pequeños al calor de una madre, y volaremos a través de ese mismo espacio infinito, portando la bandera de la única verdad; que el tiempo pasa y nosotros, a pesar de los recuerdos que se incrustan en la mente, no podemos estancarnos en momentos decrépitos y lejanos.

Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

A veces, echo de menos el pasado; pero no mi vida del pasado, sino esos momentos puntuales de felicidad y tristeza, como mi primer amor de juventud, la lluvia, el frío, el calor del verano, los juegos con mis amigos, la moto que mis padres me regalaron cuando aprobé el bachillerato...
A veces, echo de menos el pasado; pero no mi vida del pasado, sino esos momentos melancólicos que me recuerdan que un día estuve vivo.

Máximas íntimas y Pensamientos Desnudos

Hemos derramado demasiada sangre por individuos que no merecen nuestro respeto, vagando por calles solitarias en busca de un recuerdo entre baldosas de naftalina y pintura de hidrógeno líquido. El suelo se ha convertido en una alfombra de lágrimas, y el sol nos ha dado la espalda, arrebatándonos el calor que antes nos proporcionaba. La atmósfera ha arrasado con su guadaña el escudo de la justicia, y entidades ocultas nos vigilan en una oscura esquina antes de que comience nuestro sacrificio. Tu mirada ya no me alimenta y caigo por un precipicio, arrastrado por los vientos del norte, gélidos y ateridos. El vacío de tu alma me arropa sobre una lápida de sal y los sueños se han extinguido...

La máscara de la iniquidad

CADA VEZ QUE VEO TU CARA me dan ganas de abofetearla. He procurado soportarte, pero se ha convertido en un esfuerzo titánico, un sufrimiento atroz que quema mis glándulas submaxilares, haciendo que los alveolos mucosos se evaporen por tu fétido aliento de alimaña, salido de un inframundo sintético.
Lo he intentado todo; Dios sabe que lo he hecho, pero no puedo...
La resistencia de mi ansiedad ha llegado al límite de la legalidad; y estoy dispuesto a cruzar esta febril línea que nos separa, para cumplir mi deseo y aniquilar tu ser como si fueras un muñeco de trapo.
Y después, derramaré gasolina sobre los guiñapos que hayan quedado, para condenarte al fuego eterno.
¿Me habré vuelto loco?
Quizá, pero esta noche mi ángel de la guarda dormirá a mi abrigo junto a mi cama, y tú te habrás volatilizado.